Basada en estudios de Harvard, la doctora Reina García Closas y sus investigadores de nutrición de dicha universidad, nos presentan la Dieta Smart. El objetico es adelgazar con la dieta mediterránea, mantener el peso, realizar ejercicio de manera habitual y gozar de buena salud.
Según el equipo de estudio el motivo del porqué engordemos es: “La razón es que consumimos más calorías de las que quemamos. Algunas personas deciden reducir el consumo de calorías para evitarlo; otras, aumentan la actividad física para quemar más calorías y otras apuestan por la relajación para disminuir el estrés y así evitar el picoteo que este tiende a motivar“. Seguramente te encuentres en cualquiera de estos casos y, según la doctora García, la clave reside en que: “el truco está en combinar estas tres decisiones“.
La Dieta Smart hace especial hincapié en cómo nos afecta la figura el trabajo, el ocio y los hábitos de vida. Debemos equilibrar el tiempo que le dedicamos a cada uno de ellos para lograr mantener nuestro peso una vez hayamos alcanzado la cifra ideal que nos corresponda.
El plan de adelgazamiento de la Dieta Smart consiste en tres fases que nos permitirán mantener nuestro ritmo de vida habitual.
Primera fase.
Puede durar hasta tres semanas y en ella podremos comer todo tipo de vegetales y proteínas saludables. Principalmente pescado, huevos y yogur (altamente recomendado en esta dieta). Consumiremos de vez en cuando chocolate negro, vino seco o carne roja magra y quedan totalmente prohibidas, en este periodo, las frutas, legumbres, pan o la pasta. Llegaremos a perder dos kilos por semana, siempre y cuando acompañemos la dieta con ejercicio semanal moderado.
Segunda fase.
Amplían los alimentos a vegetales, pescados, mariscos, cereales enteros o integrales y legumbres. Y es recomendable seguir con la actividad física que estábamos haciendo aunque aumentando la cantidad de ejercicios aeróbicos.
Tercera fase.
No hay restricciones en tipo de comida, aunque sí en cantidades. Podremos consumir vegetales (35%), cereales enteros (25%), proteínas saludables (pescado, marisco, jamón hasta un 25%) y frutas (15%). Ocasionalmente podremos tomar carnes grasas, embutidos, cereales refinados, patatas, dulces o bebidas azucaradas. Y una vez por semana chocolate negro, una copa de vino y carne roja magra.
Llegadas a este punto debemos intentar alargarla lo máximo posible, incluso adoptarla como nuestra alimentación habitual. Y, puesto que ya hemos incorporado el ejercicio en nuestras vidas, se recomienda no dejar de hacerlo.
Eso sí, si te decantas por seguir la Dieta Smart, no debes olvidar que siempre debe ser bajo control médico y tomando el complejo vitamínico que nos recete el especialista.